jueves, 31 de marzo de 2016

Miedos.

Todos estamos de acuerdo en que el embarazo es una época preciosa, venga de la forma que venga o como venga, da igual si ha costado conseguirlo, si ha venido sin planear, si es un embarazo idílico de éstos que puedes llevar unos taconazos de 15 centímetros todo el día sin inmutarte, o si apenas te puedes mover del baño por los vómitos... Pero nadie nos cuenta una de las partes fundamentales del embarazo, los miedos.

Por experiencias cercanas he visto que no soy la única a la que afectan, y que da igual si eres primeriza o si es tu quinto hijo, que vas a pasarte medio embarazo asustada y el otro medio preocupada.

Hoy, el elefantito y yo cumplimos 27 semanas y anoche no pude pegar ojo precisamente por eso. He de reconocer que tengo miedo, que llevo teniendo miedo desde que me dio esa arcada en el coche y que es probable que ese miedo me acompañe por el resto de mi vida.

Paparockero y yo llevábamos un año intentando quedarnos embarazados sin éxito, luego llegó la mudanza de Nürnberg a Berlín y esos 4 meses siguientes viéndonos sólo los fines de semana, en los que obviamente no estábamos pensando en el embarazo, si no más bien en cómo llegar a fin de mes teniendo que pagar dos alquileres.

Al finalizar mi primer mes ya instalada en Berlín empezábamos a respirar, la economía familiar volvía a estabilizarse, ya no había dos alquileres, con todo lo que eso conlleva, y volvíamos a poder ir a comprar sin hacer malabares para comer todo el mes. Aún no lo sabíamos pero ya éramos tres.

A finales de octubre supimos que nuestro sueño se había echo realidad. Y ahí empezaron mis miedos. Es el momento ideal? paparockero cumple 29 el mes que viene y yo dentro de tres los 24, no será demasiado pronto? nos habremos precipitado? lo habremos pensado bien? no siento nada, irá todo como tiene que ir? estará sano? superaré el primer trimestre? cómo será el embarazo? será tan horrible como dicen? estaré todo el día martirizada por las náuseas?

Sólo habían pasado horas desde que me había echo el segundo test que dio positivo y ya me estaba entrando el agobio.

A la semana vimos ese pequeño huevito, esa confirmación de que todo era real, que no había equivocaciones, que nuestro bebé estaba ahí dentro esperándonos, llenándonos de amor e ilusión, decidimos no contar nada a nadie por la distancia, por si algo salía mal no ir regalando disgustos a la familia, que, al estar tan lejos tampoco podían hacer nada.

Siguieron los miedos según pasaban las semanas, la noche antes de una nueva revisión dormir era misión imposible. Estará bien?, estará creciendo?, mis niveles de hormonas, vitaminas, anticuerpos, etcétera, serán los idóneos?, el tiempo que no he sabido que estaba conmigo le habrán afectado las copas y el tabaco?, superaré el primer trimestre?, cómo se lo tomarán mis padres? y mis suegros?

Superamos el primer trimestre, contamos la noticia y todos la acogieron con alegría y mucho, mucho cariño, al poco empezó a notarse que nuestro bichito se hacía grande, ya podía dar pataditas que a mamá la hacían inmensamente feliz, esas pequeños movimientos calmaron mucho las angustias de mi corazón, sabía que si se movía al menos estaba bien, seguía vivo aunque aún fuera imperceptible para el mundo.

Aparecieron miedos nuevos. Cuánto tarda en llegar el carrito?, cuál queremos? y la sillita del coche?, tenemos que mirar cunas?, en éste piso no cabemos, y es un cuarto sin ascensor!, hay que buscar piso pero ya. Tengo que hacer una lista con todo lo que necesito (soy la loca de las listas)...

Paparockero me acompañaba de tienda en tienda mirando cosas, comprando precios, dando vueltas y volviéndolo loco. Sé que lo hacía, y lo hace para mantenerme algo más tranquila y que deje de ponerle la cabeza como un bombo, pero el pobre ni con ésas se libra.

Encontramos piso, encargamos el carro, un familiar nos iba a dejar la cuna y nos la traerían mis suegros que vendrán poco antes de la fecha prevista de parto, los números salían, la única pega era que el piso le tendremos que amueblar por partes y a meses, pero no nos importaba, cocina teníamos y después iríamos a por la lavadora, aquí hay lavanderías en cada esquina así que podemos sobrevivir un poco más sin ella.

En la semana 25 nos dijeron que el niño estaba muy grande, ayer subí el post en el que os lo contaba, la doctora nos lo dio, a entender, nosotros lo supusimos, la familia "nos lo corroboró", Etel se va a adelantar, igual no tanto como para ser prematuro, pero si es posible que no llegue a la semana 40, vosotros me habéis comentado lo mismo y yo me vuelvo a agobiar, tengo una caja de ropa a la que quitar etiquetas, que lavar, tender y planchar, biberones y chupetes por esterilizar, es pronto para preparar las bolsas para el hospital? hoy empezamos el séptimo mes, paparockero nació al octavo, debo dejarlo ya todo preparado?, aún no he elegido hospital, y hasta la semana 30 no puedo tramitar la admisión, y si escojo un hospital cerca de la casa nueva y me pongo de parto antes de mudarnos? tendré un parto de los de visto y no visto o podré recorrer tranquilamente los 20 kilómetros hasta el hospital?, si el niño nace muy grande será un parto difícil?, tendrán que hacerme una episiotomía?, me desgarraré? o tendrán que sacármelo por cesárea? me da pánico la episiotomía, prefiero mil veces antes una cesárea. Pero ahora que recuerdo, a mi prima la pusieron una carretera de grapas y me da grima sólo recordarlo...

Cada día se apaciguan dos miedos y mi cabeza inventa otros tres, y eso que no me ha dado por pensar en una vez que el niño ya esté aquí, si sabré cuidarlo, si seré una buena madre, si lo oiré por la noche cuando llora...

Por favor hacedme saber que no estoy loca y contadme vuestros miedos e inquietudes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario