jueves, 24 de marzo de 2016

Semana 21 y yo sin matrona.

Al empezar la semana 21 empecé a obsesionarme con el tiempo. Me entraron las prisas, tenía que comprar el carro, la sillita del coche, la ropa, la cuna... y si a todo eso le añadíamos que estábamos inmersos en la búsqueda de piso era un estrés continuo pensando en que se me iba a acabar el tiempo y que no tenía nada organizado.

No sé como paparockero me aguantaba, había veces que no me aguantaba ni yo, pero día si, día también me le llevaba a ver cosas de niño, de tienda en tienda comprando precios y calidades, haciendo números a todas horas...

Cuando vivíamos en Nürnberg todo este estrés se había solucionado yendo a tomar un café con la tiaenfermera, así que respiré bien hondo, cogí el teléfono y rezando para que la pillara en un huequito libre de su ajetreada vida enfermeril la expuse mi mayor preocupación. NO TENGO MATRONA!! y es que como ya os he dicho en anteriores ocasiones, aquí, en Alemania, tú te buscas tu equipo médico, a veces es un punto a favor, a veces es una soberana puñeta, y más siendo primeriza y no sabiendo exactamente cuál es su labor.



Menos mal que la tiaenfermera me conoce y me tiene tanta paciencia o más que paparockero, vaya dos soles. Me explicó que la matrona me haría un control del embarazo, me resolvería las dudas, me ayudaría a mejorar hábitos..., vamos, lo que estaba haciendo mi ginecóloga. Y que después del parto me ayudaría con los cuidados del niño hasta que tuviera un mes que ya le atendería el pediatra, que me ayudaría con la lactancia, con los cuidados en general.

La charla me vino muy bien, pero yo seguía preocupada, si no tenía matrona, quién me iba a ayudar a la hora del parto? Tiaenfermera se reía y me dijo que cada hospital tiene sus matronas, que no me preocupara por eso que el no tener una matrona de apoyo en casa no suponía que me iba a ver yo sola en el paritorio.

Después de hablarlo todo la verdad es que me sentí un poco idiota, pero como las diferencias entre la sanidad aquí y la sanidad en España son tantas hay veces que no sé muy bien por dónde me da el aire.

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