martes, 19 de abril de 2016

Preparación al parto 2.

Como ya sabéis ayer tuvimos la segunda y  última clase de preparación al parto. Empezamos la sesión en el punto en el que lo dejamos la semana pasada, en el expulsivo. 

Ya habíamos visto todo el proceso hasta llegar a éste punto en la primera clase así que sólo faltaba el momento cumbre, el momento en el que ya estás, como quien dice, para parir, ese momento en el que ya estás dilatada y sólo falta ese último empujón para tener a nuestro bebé entre los brazos.

Una de mis preocupaciones era el llamado "aro de fuego", nos explicó el momento exacto en el que se produce y a qué se debe, y no es otra cosa que el momento en el que el perineo ha llegado a su máximo nivel de tensión, ahí es cuando sentimos esa sensación de ardor en la que es muy importante intentar relajarse y no empujar entre las contracciones para evitar, en la medida de lo posible que se desgarre la zona, es la típica escena de las películas en la que empiezan a soplar, como nos dijo la matrona, imitando un tren. Puede parecer tonto, o simplemente que tú no creas que personalmente eso te ayude a relajarte, pero no es ese el fin de ese tipo de respiraciones, sino el echo de que con cada pequeña exhalación ayudamos a la cabeza del bebé a coger la curva del coxis más fácilmente. 

Una vez pasado éste peliagudo punto en dos o tres contracciones más la cabeza de nuestro pequeño estará ya fuera y sólo faltará esperar a que el propio bebé haga el resto del trabajo el sólo, que realice un giro de noventa grados para sacar el hombro que se encuentre en la zona de arriba y luego saque el de abajo, en ese momento el cuerpo sale solito y ya podremos tener a nuestro recién nacido en brazos a la espera de que salga la placenta.

Ayer, la clase, principalmente se centró en las cosas que puede hacer el padre para facilitarnos el trabajo y sentirse seguro y útil en un momento en el que todo se centra en la mujer. 



Unos sencillos masajes o la correcta aplicación de presión durante las contracciones, pueden ser de gran alivio en esos momentos, así como el que el padre se sienta parte activa del parto y la mujer arropada en ese momento tan vulnerable.

Otra de las tareas importantes de nuestra pareja, que a mi, personalmente, no se me había ocurrido, es la de recordarnos que debemos beber agua, y por consiguiente ir al servicio, por lo visto en ese momento de tanto dolor en la zona no sentimos la necesidad de ir al baño y podemos correr el riesgo de que se nos escape sin que nos demos cuenta.

Nos aconsejó que durante las interminables horas en las que estamos con contracciones ingiramos frutas ricas en azúcar como fresas, peras o plátanos, pero dejando de lado otras como las naranjas o las manzanas puesto que la acidez de las mismas requieren más esfuerzo para su digestión y es posible que el cuerpo las rechace. Que podemos, y debemos, tomar azúcar para recargarnos de energía puesto que es un proceso largo y es normal que en algún momento se nos vayan las fuerzas.

Estuvimos también practicando diferentes tipos de respiraciones para encontrar la que le funcionaba a cada cual para relajarse y diferentes posturas para el momento del parto y las ventajas y desventajas, en cuanto a movilidad pélvica de cada una.

Como conclusión no puedo estar más contenta con la información que nos han proporcionado en éste curso puesto que aunque conocía ya muchas de las cosas de las que hemos hablado en el ha solventado algunas dudas y ha dado el empujoncito en la confianza de paparockero para hacerle saber que es necesario, que no todo ronda en torno a la mujer y va a ser un mero espectador. 

Y lo que yo creo que ha sido el descubrimiento revelación de la clase de ayer. Yo no sé como he podido sobrevivir éstos meses sin una pelota de pilates :)

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